Proyecto Conviviendo Vigo, recurso gratuito de Fundación Amigó para resolver los conflictos entre los/as adolescentes y sus familias, atendió durante 2018 a 110 usuarios de 48 familias.
La última Memoria del Fiscal de la Comunidad Autónoma de Galicia refleja que 215 adolescentes cometieron delitos de violencia filio-parental durante 2017, una cifra que constata la realidad existente de la necesidad de un proyecto que trabaje en la prevención de este tipo de conflicto en la ciudad, para atender la demanda de familias que, en el proceso de adquisición de madurez de sus hijos e hijas, encuentran problemas de convivencia.
“Vigo, como muchas otras ciudades, carecía de un servicio específicamente destinado a intervenir y prevenir casos de violencia filio-parental y dificultades en la convivencia familiar. Además, los datos publicados por organismos oficiales, dan cuenta de la necesidad creciente de abordar esta problemática social desde la intervención, pero, sobre todo, a nivel preventivo para evitar que la violencia vaya a más”, ha señalado Aroa González, psicóloga del proyecto.
El recurso, inaugurado el 29 de enero de 2018, se fue abriendo camino a través del contacto con diferentes grupos de interés, como centros educativos, servicios sociales municipales, asociaciones y otras ONG, para los que pudiera resultar de utilidad el conocimiento del recurso. De este modo, el recurso atendió el pasado año a 110 usuarios de 48 familias, de las cuales 33 derivaron en intervenciones prolongadas y los 15 restantes fueron asesoramientos puntuales.
“La acogida del proyecto fue muy positiva por los distintos profesionales, quienes recalcaron la necesidad de la existencia de un recurso específico para esta problemática. Prueba de ello es que la gran mayoría de las familias atendidas acuden derivadas o asesoradas por orientadores/as de centro educativos. Además, la gratuidad del recurso permite el acceso a familias en situaciones de riesgo de exclusión social o que por su situación socioeconómica se ven privadas de atención psicológica y socioeducativa para atender las dificultades en la convivencia. En lo que respecta a las familias, la acogida también resultó exitosa, mostrando una actitud positiva tanto hacia el recurso como hacia la intervención, tal y como revelan las encuestas de satisfacción aplicadas a los usuarios y usuarias de este servicio. También es necesario mencionar que en ocasiones asisten familias de municipios próximos a Vigo, dada la ausencia de un recurso específico en zonas más cercanas a su lugar de residencia”, apunta Aroa González.
El proyecto está pensado para familias que presentan dificultades en la convivencia, priorizando la intervención con aquellas que puedan encontrarse en situaciones de riesgo de exclusión social y que por falta o escasez de recursos no puedan acceder a intervenciones de carácter privado. Sin embargo, lo cierto es que en la actualidad observamos la presencia de varios perfiles socioeconómicos en las familias atendidas (alto, medio y bajo). Con independencia de esta cuestión, lo cierto es que podemos señalar una serie de características comunes o similares, tanto en los/as menores como en los/as progenitores. “Por un lado, en lo que respecta a los/as menores, hemos atendido niños, niñas y jóvenes entre los 7 y los 18 años, con una baja tolerancia a la frustración, impulsividad, dificultades para asumir responsabilidades, empleo de conductas agresivas en el entorno familiar para lidiar con situaciones de conflicto o cuando no están conformes con la decisión tomada por los progenitores, y, en algunos casos, dificultades comportamentales y bajo rendimiento en el ámbito educativo. Por otro lado, en los progenitores a menudo nos encontramos con dificultades en la comunicación paterno-filial, lo que da lugar muchas veces a pautas educativas inconsistentes o a una incoherencia entre los estilos educativos empleados por cada progenitor, provocando un desgaste o sobrecarga en el ejercicio del rol parental”, señala Raquel Gallego, psicóloga en Proyecto Conviviendo Vigo.
Proyecto Conviviendo Vigo, también ha realizado una importante labor de la prevención del conflicto familiar, a través de talleres en centros educativos. Así, se han realizado charlas de sensibilización sobre distintos aspectos relacionados con la violencia como la gestión de las emociones o la resolución de conflictos. Los talleres se han impartido en centros educativos de enseñanza primaria, secundaria y formación profesional básica, llegando a un total de 1.476 escolares en el año 2018. Por otro lado, también se realizaron charlas para familias con el objetivo de proporcionar estrategias educativas y de dar a conocer el proyecto, alcanzando un total de 230 participantes.
“Para este segundo año de vida del Proyecto en Vigo se plantean diferentes retos. Por un lado, una mayor difusión del mismo que permita o facilite el acceso a familias en riesgo o con dificultades en la convivencia que requieran de este tipo de intervención especializada, así como mejorar la adherencia una vez iniciada la intervención. Por otro lado, se plantea como objetivo también la mejora en la coordinación profesional y el trabajo en red con otros recursos o entidades, como centros educativos o servicios sociales, que permitan una intervención más adaptada a las necesidades específicas de cada unidad familiar”, subraya Raquel Gallego.
Las dificultades en la comunicación, el establecimiento de normas y límites, así como el saneamiento del vínculo afectivo paterno-filial son algunas de las necesidades a las que se pretende dar respuesta a través de la intervención directa con las familias por parte del equipo de profesionales que conforman el Proyecto Conviviendo, recurso que actualmente cuenta con el apoyo de la Xunta de Galicia y el Fondo Social Europeo.