Existen distintos factores en la adquisición de la violencia, pero queremos centrarnos en el modelado como aprendizaje, que los mismos padres, otros adultos, compañeros o amigos ofrecen. Cuando castigamos mediante violencia verbal o física, se transmite un modelo de conducta agresiva. El niño aprende que los padres o profesores por medio de esta conducta consiguen su propósito, y el imitar esta forma de actuar porque da resultado. Lo mismo sucede con los compañeros violentos, son modelos que ayudan a que el niño observador las aprenda. Tenemos que ser conscientes que hoy en día los niños están expuestos a otros modelos de conductas agresivas como pueden ser internet, los juegos, la televisión, …
En nuestras actividades cotidianas como educadores, nos encontramos con niños que viven rodeados de modelos agresivos, y sucede que van aprendiendo a responder con violencia ante determinados comportamientos conflictivos que se pueden dar en una dinámica de convivencia entre iguales o con adultos.
El niño que está en contacto con modelos de violencia, no solo recibe información de los hechos, gritos o patadas, también aprende las consecuencias, por ejemplo, que el padre consigue que su madre haga lo que la pide o que el niño obedezca, el niño consigue que su madre le compre las golosinas, el compañero del colegio consigue el balón porque es un tío duro, y así podríamos enumerar muchas conductas. Podríamos afirmar que el niño aprende por observación que el comportamiento agresivo es reforzador.
Cuando estos procesos de aprendizaje se van repitiendo, sucede que se consolidan las conductas y se están poniendo las bases para que se mantenga el comportamiento una vez adquirido. El refuerzo es el responsable de una conducta y como no de una conducta agresiva. Un niño puede reforzarse agresivamente de distintas maneras, con violencia los niños o adolescentes pueden conseguir recursos materiales, cambiar las normas a sus deseos o caprichos, conseguir el sometimiento de los demás. En este aspecto estamos viviendo casos de violencia filio-parental, hijos que agreden a los padres por ese sometimiento. Otro refuerzo importante en los niños o adolescentes para mantener la conducta es la aprobación y admiración de los compañeros y mejorar su posición en el grupo de iguales, la aprobación en el grupo de amigos es más importante que las recompensas materiales.
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