Los pasados días 7 y 8 de junio se celebró en Santander las primeras Jornadas de Formación organizadas por ASTEFAMCAN ( Asociación de Terapeutas de Familia y Expertos en intervenciones sistémicas de Cantabria), bajo el título: «Intervenciones sistémicas y terapia familiar».
Los ponentes son personas de larga trayectoria profesional que han aportado sus conocimientos y experiencia, haciendo de esta formación un encuentro enriquecedor tanto personal como profesionalmente. Roberto Pereira, médico psiquiatra, director de la Escuela Vasco Navarra de Terapia Familiar (EVNTF), director de Euskarri, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filioparental (SEVIFIP),… nos habló de la nueva violencia filio-parental, sin antecedentes previos, de las dificultades de padres y educadores para hacer cumplir las normas frente a la sobreprotección imperante, la falta de coherencia, los cambios de modelos educativos, los factores familiares, el hedonismo y cortoplacismo de una sociedad permisiva con la agresividad y unos padres desorientados que no saben afrontar con autoridad las dificultades que se les presentan con sus hijo/as.
También, habló de los recursos con los que la sociedad cuenta para combatir la violencia filio-parental, entre los que se encuentra el Proyecto Conviviendo de la Fundación Amigó.
Fernando López, psicólogo clínico de la Unidad Ambulatoria de Drogodependencias de Torrelavega abordó el tema del apego y las adicciones, destacando la importancia de los factores del entorno. Pedro Arambarri, trabajador social y profesor tutor del centro UNED de Cantabria destacó la labor de los Servicios Sociales desde una mirada sistémica.
Por último, el padrino e invitado estrella de las Jornadas, Jorge Barudy, neuropsiquiatra, traumaterapeuta y terapeuta familiar, cocreador del modelo de traumaterapia sistémica y de varios libros, entre los que se encuentran «Los buenos tratos a la infancia» y «La fiesta mágica y realista de la resiliencia infantil», que compartió sus conocimientos sobre epigenética y el impacto de los buenos tratos en el ADN, la traumaterapia sistémica y la resiliencia. Además, abogó por una revolución amorosa de la manada de la gente buena, utilizando el amor, el buen humor y la creatividad para ayudar a aceptar la realidad con esperanza.