Hace 9 meses que los chicos y chicas del Grupo de Convivencia Educativa Alicante Amigó , centro de menores de carácter residencial dependiente de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana y gestionado por la Fundación Amigó, propusieron crear un huerto urbano en el centro y así nació un proyecto que pretende fomentar la cooperación y el trabajo en equipo, la responsabilidad y la sensibilización con el medio ambiente, el esfuerzo, la organización y la división de tareas.
“En primer lugar, los/las menores más interesados/as en esta actividad se presentaron como voluntarios/as. Entre esos voluntarios/as, se hizo una selección a través de una entrevista para valorar la motivación inicial que tenían y lo que podían aportar al proyecto, ya que había un límite de cuatro plazas. Finalmente, fueron seleccionadas aquellas personas que demostraron un mayor interés en la actividad. Las personas que constituyen el grupo de jardinería actual son las que llevarán a cabo este proyecto durante todo el cumplimiento de su medida judicial. Cuando dichas personas finalicen su medida y haya otras interesadas en participar en este proyecto se realizarán nuevas valoraciones y podrán ser incorporadas al mismo”, señalan Sonia Bueno y Raúl Iborra, miembros del equipo educativo del centro.
El proyecto empezó con la idea de unos cuantos chicos/as que están estudiando el ciclo de FPB de Jardinería y su idea se extendió a otros/as. El primer día los/as menores acompañados de un/una educador/a salieron al jardín y al huerto y valoraron todas las actividades que se podían realizar, después hicieron un listado de preferencias y dividieron las tareas entre los/as menores participantes. A partir de ahí, nació el taller propiamente dicho con objetivos y tareas específicas que realizar.
Gracias a esta actividad, los chicos y chicas pueden adquirir conocimientos básicos de jardinería, la responsabilidad para el desempeño de una labor y entender la importancia del cuidado del medio ambiente.