Elisabet Marco es directora de los Hogares de Emancipación en la provincia de Valencia, recursos residenciales que tienen el objetivo de acompañar a jóvenes extutelados en situación de vulnerabilidad para conseguir una autonomía plena.
Hoy, a través de esta entrevista, Elisabet nos explica cómo se adaptó el recurso durante el confinamiento para seguir dando una respuesta a los/as jóvenes y cómo esta emergencia puede aumentar la vulnerabilidad social que viven los y las jóvenes.
¿Cómo habéis afrontado desde el proyecto la situación de que los chicos/as estén confinados en los pisos?
El confinamiento marcó en un principio una significativa preocupación para todos/as, dado que fue una situación que nunca habíamos vivido y también por la señal de peligro que suponía para la salud.
Nuestra manera de abordarlo desde un inicio fue generar diferentes espacios con los chicos/as para trasladar la información de una manera adecuada, para que entendieran bien la situación, la cautela que había que tener y las medidas de seguridad que se iban a implementar en los hogares, prácticas que tanto jóvenes como educadores/as debíamos incorporar a nuestro día a día. Y, por otra parte, hubo un cambio significativo en la dinámica del hogar.
Se modificaron las tareas domésticas: se designaron y distribuyeron tareas cotidianas en base a las recomendaciones sanitarias y se anularon las tareas que supusieran una salida externa al hogar. Todas las compras de alimentación, así como otros productos, las hacíamos el equipo educativo. Las y los jóvenes se encargaban de hacer menús, inventario de necesidades y nosotros/as éramos quienes salíamos a comprar. Después, entre todos/as, hacíamos la desinfección de todo aquello que entraba en el hogar.
Modificamos horarios de descanso y durante las primeras semanas dejamos de seguir las actividades programadas según calendario anual, para adaptar el día a día e incorporar espacios para hacer actividades que fueran de entretenimiento y saludables dentro de la vivienda.
Se equiparon los hogares de emancipación de todos los dispositivos necesarios para que los y las jóvenes que se encontraban cursando itinerarios formativos pudieran seguir clases online o las tareas que los y las profesores les enviaran. Al haber bastantes jóvenes en este proceso, una parte importante de la actividad educativa se ha basado en el apoyo educativo. A pesar de que algunos/as jóvenes pudieran ser autónomos en sus actividades formativas, ha sido necesario el acompañamiento educativo para su adecuado manejo de medios medios informáticos, plataformas, etc.
También se les ha mantenido muy informados/as de las novedades respecto a normativas y directrices en materia de extranjería, que se han dado en estos meses.
¿Cómo crees que puede afectar a los/as jóvenes extutelados/as la crisis social que encontramos tras la sanitaria?
La verdad es que este punto es el que marcó significativamente nuestra preocupación. Obviamente, nuestro trabajo se centra en la asunción de autonomía y preparación a la vida independiente y ahí la inserción laboral cobra especial sentido. Muchos de los/as jóvenes que estaban ya prácticamente trabajando o insertos en prácticas laborales con proyección de contratación, han perdido estas oportunidades. Esto, para los/as jóvenes de origen extranjero que atendemos en los hogares supone un importante retroceso en todo su proceso e incrementa el riesgo en su trayectoria.
Según las últimas directrices en materia de extranjería del pasado mes de febrero, para muchos de los/as jóvenes que atendemos, tener que renovar su permiso de residencia sin medios propios de vida, puede suponer, actualmente, la pérdida de este permiso.
Por otra parte, nuestra preocupación no se ha centrado tanto en la situación de confinamiento sino en el futuro inminente. Ante la crisis social y económica derivada de la pandemia, nuestros/as jóvenes están en una posición vulnerabilizada y podemos encontrar mayores obstáculos para su inserción social y laboral.
¿Qué actividades extraordinarias habéis hecho el equipo de los Hogares de Emancipación para hacer más fácil la situación a los chicos/as?
En primer lugar, hemos creado una rutina en los hogares para generar una cotidianidad saludable en los y las jóvenes. También hemos adaptado las instalaciones de los hogares y su aprovechamiento.
En cuanto a actividades, especialmente lo que hemos hecho ha sido concretar y seleccionar las actividades de los programas específicos que, o bien era necesario no dejar de tratar, o bien era una buena oportunidad realizar. En el día a día, muchas actividades que tienen su potencialidad en grupo acaban realizándose de forma individual, ya que los jóvenes tienen diferentes horarios formativos y/o laborales y en esta situación, al estar todos/as en casa, era un buen momento.
Se les ha recomendado actividades deportivas, de relajación y saludables para realizar dentro del hogar. También se han realizado actividades de cineforum y debate, y actividades de cocina en grupo que han sido muy bien recibidas. Es cierto que el confinamiento también ha estado marcado por el Ramadán, así que en los hogares donde hay jóvenes musulmanes, también se han rediseñado los horarios de tareas y actividades en función de esta práctica religiosa.
Hemos aumentado el número de asambleas del hogar, tanto para tratar las novedades y cambios que el confinamiento y desescalada iban marcando, las normativas del hogar en función de estas recomendaciones o instrucciones, o bien, generar espacios para que los/as jóvenes trasladaran sus preocupaciones, necesidades y propuestas.
Por último, todos los hogares se han equipado con juegos de mesa, videojuegos, películas, y otros elementos que nos han pedido los y las jóvenes para el entretenimiento.