La razón que ha llevado a los chicos a pasar un tiempo de su vida en el centro es la realización de conductas agresivas dirigidas hacia sus padres/madres y/o hermanos/as. Cuando llegan a “Cabanyal” las relaciones familiares están muy deterioradas y la mayoría de ellos se encuentran distanciados emocionalmente de sus familias.
Generalmente las relaciones entre la familia y los chicos, durante el último tiempo, han girado en torno al conflicto, a la exigencia, a la imposición. Llevan mucho tiempo sin ver cosas positivas en el/al otro/a, sin compartir momentos agradables, sin sentirse familia.
Desde la Pedagogía Amigonina ha sido siempre una prioridad trabajar con los chicos y las chicas, pero también con sus familias. La familia es el principal agente socializador y, por tanto, uno de los factores fundamentales en la construcción de la personalidad, a nivel cognitivo y emocional de los/as chicos/as. Además, nosotros/as siempre acompañamos a los/as muchachos/as sin perder de vista que esto lo haremos durante un tiempo, con el fin de ayudarles a prepararse para retomar sus vidas de manera adecuada y volver a su contexto para seguir desarrollándose, construyéndose y viviendo siendo felices y tratando de disfrutar de la felicidad de los/as demás, especialmente de aquellos que quieren. Así, si con todos/as los muchachos/as es fundamental el trabajo con las familias, en nuestro caso, es absolutamente necesario.
Partiendo de esta base, el equipo educativo del Centro de Menores “Cabanyal”, un centro dependiente de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana y gestionado por Fundación Amigó, lleva dos años consecutivos promoviendo la realización de una actividad conjunta entre los chicos y sus familias. Con esta actividad reforzamos que las familias no sólo se sientan parte activa de los procesos de cambio de sus hijos, sino también de la vida del centro. También favorecemos que las familias puedan participar y experimentar el ambiente familiar y afectivo, desde el que tratamos de abordar toda la acción educativa y que es pilar fundamental de nuestra pedagogía. Y, sobre todo, creamos un contexto en el que los chicos/as y sus familias, acompañados/as por los/as educadores/as, puedan compartir un momento de ocio y disfrutar conjuntamente realizando una actividad agradable, dejando de lado los problemas y sonriendo juntos.
El momento elegido, en estos dos años, para la realización de esta actividad han sido las fiestas navideñas. Aprovechamos para felicitar a las familias y después de la actividad los muchachos marchan con sus padres/madres unos días a casa. A la hora de programar la actividad siempre se ha tenido presente que fuera una actividad participativa en la que chicos/as, padres, madres y hermanos/as no sean meros espectadores/as, sino agentes proactivos y que la actividad suponga un ensayo para hacer que las cosas sucedan y confiar en que tenemos poder de tomar decisiones positivas que puedan cambiar las circunstancias negativas. La actividad de este año consistió en que cada muchacho, con todos los miembros de la familia que acudieron al festival, debían realizar diferentes pruebas. Las familias eran seleccionadas al azar. Los nombres de las familias giraban en un bombo y se elegían dos o tres según la prueba. Hubo pruebas de improvisación, pruebas de cooperación, pruebas de teatro, etc. Tras la actividad se realiza una merienda en la que en un ambiente informal y distendido nos entremezclamos los/as profesionales, las familias y los chicos, conformando una familia amplia, unida por un objetivo común.
Entendemos que la realización de este tipo de actividades tiene valor en sí misma y además supone un impacto muy positivo para los muchachos, sus familias y también para todo el equipo educativo. Destacamos que en las dos ediciones absolutamente todos los chicos han estado acompañados por algún miembro de su familia, ha primado el buen ambiente y la cercanía entre todos/as, suponiendo un momento positivo de lo que supone compartir y cooperar en familia, un momento positivo de diversión e ilusión y un momento positivo para recordar.
Profesionales como la copa de un pino.Prestan un apoyo incondicional