Jürgen Hoffend es licenciado en Teología y Filosofía por la Universidad Friedrich-Wilhelm de Bonn (Alemania) y en Psicología por la Ruhr Universität de Bochum (Alemania), con especialización en Psicología Clínica y habilitación como psicoterapeuta individual, grupal y familiar.
Desde el pasado mes de agosto es Presidente de Fundación Amigó. Anteriormente fue educador y director de centros de menores y de proyectos de prevención integral de niños, niñas y adolescentes en Alemania y Polonia. En España, ha sido director del Equipo de Titularidad de los Colegios Amigó y desde 2017 a 2022 fue director territorial de la Fundación Amigó en Cantabria.
¿Cómo valoras el trabajo realizado en la entidad en los últimos años?
Debido a la pandemia de COVID-19 y después por la guerra de Ucrania han sido tiempos ciertamente complicados. En primer lugar, quiero expresar mi gratitud al anterior Patronato de la Fundación con el Presidente, Jesús María Echechiquía, al frente. También quiero aprovechar este momento para expresar mi agradecimiento a los miembros del Comité de Dirección con el director general, José Ángel Lostado. Ambos órganos han trabajado con tenacidad, eficacia y acierto. A pesar de todas las contrariedades, los seis años fueron años de crecimiento de la Fundación, años en los que hemos podido multiplicar nuestro servicio a niñas, niños, adolescentes, jóvenes y familias. Hemos conseguido no solo crecer en número de personas atendidas y en número de trabajadores/as, sino también en la diversidad de servicios ofrecidos.
Habiendo mantenido las ofertas de acogimiento residencial, numéricamente la forma más presente, hemos podido crear innovadoras formas de ayuda. En este lugar quiero nombrar solo algunos de nuestros proyectos consolidados: los proyectos Conviviendo que ya están presentes en muchas ciudades españolas, nuevos proyectos para infractores menores de 14 años, múltiples ofertas de emancipación para jóvenes egresados del sistema de acogimiento residencial y muchos otros.
Después de seis años y gracias al trabajo de tantas y tantas personas implicadas, la Fundación Amigó sigue siendo una entidad muy considerada y conocida en el mapa nacional de entidades al servicio de niños, niñas y jóvenes en riesgo de exclusión social y conflicto con la ley.
¿Desde cuándo estás vinculado a Fundación Amigó?
Mi vinculación a la Fundación Amigó viene desde hace muchos años, cuando estuve trabajando en Polonia. Desde entonces me siento y soy parte de ella. Conozco desde la cocina nuestra Fundación y muchas de las personas que la formamos, lo cual me permite afrontar la Presidencia con ilusión, optimismo y realismo.
¿Cuáles son los valores que identifican a las personas trabajadoras de la entidad?
Ilusión y optimismo se fundamentan en el saber que en la Fundación contamos con muchas personas identificadas con el ideal en que se basa toda actuación en favor de nuestras personas usuarias. Y estas personas, profesionales y voluntarios/as, son el activo más importante y apreciado que tenemos.
¿Cuál es la importancia de nuestra pedagogía en cada uno de los proyectos?
Si queremos seguir siendo fieles a nuestro legado, tenemos que profundizar cada día más en nuestra Pedagogía Amigoniana, que se basa en el humanismo cristiano y su peculiar visión antropológica. Su puesta en práctica nos ha identificado y nos identificará mientras sigamos cultivando en nosotros este tesoro inspirador.
Nuestra misión es una misión transformadora de personas y de la sociedad que necesita transformación. Vivimos en una sociedad líquida en la que los retos son constantes y nunca podemos pensar que ya hemos conseguido algo. Esta convicción nos llevaría al estancamiento, del cual el realismo nos protege.
¿Qué retos tenemos que afrontar como entidad?
A pesar de todo lo conseguido, los retos son muchos. No me quiero adelantar al nuevo Plan Estratégico que en este momento estamos empezando a elaborar con la mayor implicación y participación de todos los grupos de interés de la Fundación. Voy a dejar unas pocas pinceladas de lo que me parece fundamental para los próximos años. Después de una etapa de mucho crecimiento, ha llegado la hora de la consolidación de lo conseguido. Con calma tenemos que identificar los temas en los que tenemos que profundizar: la formación identitaria de nuestros/as trabajadores/as, algunos temas de gestión del talento dentro de la Fundación, especialmente en la promoción de futuros líderes, evaluación del desempeño de las funciones y otros temas “técnicos” más. La implantación de una nueva plataforma digital de gestión de los datos de nuestras personas usuarias nos cambiará en un sentido positivo la vida, pero también constituye un reto.
En el contexto político social, las cambiantes políticas sociales en materia de acogimiento residencial nos exigirán creatividad y capacidad de adaptación. También tendremos que analizar el tema de la sostenibilidad económica y la posibilidad de conseguir nuevas fuentes de financiación de nuestros proyectos no públicos.
Excelente aporte, los que hacemos parte de la comunidad de profesionales amigonianos, existentes no solo en Europa sino en América, cada día tenemos la bella labor cristiana de construir desde la adversidades, desde la sinergia de las habilidades y de la gestión de factores de inclusión.