En la reunión ordinaria del Patronato de Fundación Amigó celebrada el pasado 30 de agosto, se nombró a Rafael Yagüe Alonso nuevo director general de Fundación Amigó. Rafael Yagüe es Ingeniero Técnico de Telecomunicaciones y diplomado en Educación Social con Máster en Economía Social. Durante los últimos 12 años ha sido director territorial de Fundación Amigó en la Zona Levante. Con anterioridad desarrolló su labor como educador, coordinador y subdirector de la Colonia San Vicente Ferrer de Godella (Valencia).
“Afronto esta nueva etapa con mucha ilusión, pero también con respeto por la responsabilidad que asumo. Ilusión porque creo que somos un gran equipo y que podremos hacer muchas cosas para ofrecer respuestas a las necesidades de los y las jóvenes y mejorar las que damos a día de hoy”, ha señalado Rafael.
Sobre los objetivos a desarrollar durante esta nueva etapa, Yagüe señala que “el Plan Estratégico de la Fundación Amigó está pendiente de actualizar y me parece una muy buena opción que toda la organización nos involucremos en pensar qué Fundación queremos para los próximos años. Ésta es mi primera prioridad que también me debe servir, una vez concluida, para saber dónde centrar las fuerzas de la institución y las mías propias”.
Rafael Yagüe asume la dirección de Fundación Amigó en un momento en el que la entidad ha centrado sus esfuerzos en dar una alternativa profesional a niños, niñas y jóvenes que viven situaciones de vulnerabilidad o necesitan apoyo para conseguir su autonomía; a familias que viven situaciones de violencia filio-parental; a personas refugiadas ucranianas que necesitan apoyo para construir su proyecto de vida lejos de su país. Es por ello que en los últimos años Fundación Amigó ha inaugurado numerosos proyectos para continuar dando respuesta a las personas que más lo necesitan.
“Nunca ha habido una voluntad, al menos explícita y planificada, de crecer. Si se ha hecho ha sido porque las necesidades de los/as jóvenes y las familias nos han llevado a ello. Las líneas de actuación, que hoy suponen importantes programas de la Fundación en cuanto a profesionales involucrados/as y personas atendidas, surgen de las propias necesidades de los/as jóvenes que atendíamos en otros recursos ya existentes. El trabajo en violencia filio-parental surge de la percepción de los/as profesionales de los recursos de medidas judiciales de un perfil de chicos/as muy diferenciado y con necesidad de una atención específica; los recursos de emancipación, de la situación en que quedaban muchos/as adolescentes al salir del sistema de protección a los 18 años; los recursos de inserción sociolaboral precisamente de la falta de respuesta ante las necesidades de estos últimos en los recursos externos… Otras veces hemos dado respuesta a necesidades emergentes como la llegada masiva de niños, niñas y adolescentes migrantes sin referentes familiares o qué decir de la situación de las familias refugiadas de la guerra de Ucrania”.
“Me siento orgulloso de que hayamos mantenido esa tensión por dar respuesta a las necesidades de los/as jóvenes, siendo capaces de innovar y generar recursos, sin embargo tenemos un límite, que es que nuestra respuesta sea en los márgenes de calidad, y sobre todo de identidad, que nos deben identificar siempre. Al crecimiento debe de acompañar, en este sentido, un refuerzo de nuestra estructura y una apuesta por la formación y el trabajo con nuestro capital más precioso que, después de las personas que atendemos, somos los/las profesionales que formamos parte de la Fundación”, ha apuntado Yagüe.
“Para nosotros/as es imprescindible que todas las personas que formamos parte de la Fundación compartamos los valores de la entidad. Saber que estamos por los niños, niñas, adolescentes y familias, y que ésta es nuestra primera obligación, una visión optimista de ellos/as, fijándonos sobre todo en sus capacidades y buscando su autonomía, siendo capaces de la entrega personal que nos abre a la otra persona y hace posible que nos abra también su corazón… Creo que en general estamos unidos/as en esos valores. Veo en los proyectos personas que se entregan y buscan con sinceridad y esfuerzo el bien de las personas que atienden”.
Sobre los retos futuros que tenemos como entidad. Rafael Yagüe subraya que es importante “la atención a las personas que trabajan en la Fundación, fortaleciendo nuestro acompañamiento a los/as profesionales en todos los niveles: selección, acompañamiento inicial, formación continua y seguimiento. Los/as profesionales de nuestros recursos son el capital más valioso de la Fundación, junto con las personas que atendemos, y son ellos/as los que hacen efectiva la misión amigoniana, con su entrega personal”.
“Otro reto importante es buscar la sostenibilidad económica de la Fundación. Los últimos años han sido muy duros por todo lo que ha traído la pandemia y ha supuesto un incremento muy grande en los gastos que no se ha visto acompañado del necesario incremento de ingresos. El actual aumento de la inflación hace que este problema se agudice. Actualmente esta situación se está tratando con las Administraciones Públicas para buscar soluciones, pero tendremos también que hacer un esfuerzo para buscar otras fuentes de financiación y sostenibilidad que nos hagan menos dependientes de estas Administraciones”.