En el Grupo de Convivencia Educativa Cabanyal realizamos muchas actividades con nuestros adolescentes que permiten desarrollar sus habilidades de forma integral a través de talleres cognitivos y emocionales, actividades deportivas donde aprenden y/o consolidan diferentes disciplinas deportivas, estimulan su cerebro en las horas de estudio o lectura y sobre todo aprenden a convivir de forma positiva con sus iguales y con las personas adultas, en un espacio positivo regido por normas prosociales y rutinas que les permiten establecer hábitos saludables.
Dentro de todas estas actividades, algunas de las más importantes tienen que ver con el desarrollo de su capacidad creativa, trabajándose a lo largo de estos meses diferentes expresiones artísticas como son la pintura, la realización de relatos narrativos, la expresión a través de la música, etc.
Pero sin duda, uno de los talleres en el que ultimamente nuestros chicos y chicas más se han esforzado ha sido en la elaboración del “Juego de la Oca” gigante para entregarlo a los niños y niñas del Colegio Diocesano de San Marcelino.
Este proyecto surge de la inquietud de aprovechar los valores trabajados y adquiridos en el recurso, y transmitirlos de forma positiva a la comunidad, donde ellos y ellas son parte importante, de forma que se sientan protagonistas y entiendan que pueden aportar sus experiencias y aprendizajes en la mejora continua de nuestra sociedad.
Desde el primer momento, nuestros adolescentes del Grupo Mixto, con la colaboración de algunos de los chicos del grupo de Jóvenes 1, se comprometieron a mantener un espíritu de trabajo en equipo positivo, elemento esencial para que proyectos de esta índole tengan éxito.
Divididos en subgrupos de trabajo, y cargados de ilusión e innovación, fueron apareciendo las primeras ideas para completar las diferentes tareas asignadas: elaboración del tablero, diseño y creación de los dados, las fichas y… muy importante, el establecimiento de las instrucciones que recogieran en cada casilla retos basados en los contenidos que los niños/as han dado en clase a lo largo del curso y una gran parte de valores prosociales que queríamos transmitir.
A medida que se iban generando nuevas ideas y el juego, con sus diferentes elementos iba cobrando vida, los chicos y chicas se mostraban más motivados, con más ganas de continuar trabajando y satisfechos por el trabajo bien hecho. El resultado fue inmejorable, superando las expectativas más optimistas, y su capacidad para coordinarse y ayudarse unos a otros a lo largo del proyecto, dignas de elogio.
Y por fin llegó el gran día. Tres de las adolescentes del Grupo Mixto, acompañadas por uno de sus educadores, visitaron el Colegio San Marcelino para hacer entrega del juego. Allí, esperaban expectantes 17 niños y niñas deseosos de ver aquello que teníamos que contarles y sobre todo, de descubrir ese juego que les habían comentado que iban a recibir.
Sus caras al ver entrar a las adolescentes con el juego, “cien veces más grande que una Oca normal” –como algunas de las niñas llegó a expresar-, no se puede describir. Después de las presentaciones y una pequeña charla, donde les explicamos la importancia de saber cumplir las normas, tener un buen comportamiento y actuar conforme a valores solidarios, pasamos a estrenar el juego. Risas, aciertos y fallos, pero sobre todo mucho aprendizaje.
Finalmente, nosotros también recibimos por parte de los niños y niñas de del colegio, y de su profesora, unos obsequios y unos regalos espectaculares que nos hicieron con todo el cariño, donde además de los dibujos de cada uno de ellos/as, nos hicieron un mural en el que se recogían fragmentos de los libros que más les gustaron, con mensajes de aprendizaje sobre la vida, los cuales nos leyeron y nos explicaron con sus sabias palabras.
La experiencia fue inmejorable, y ese es sin duda es el mejor regalo que se nos pudo hacer, poder apreciar la ilusión de los niños y niñas, que gracias al trabajo de nuestros y nuestras adolescentes, van a seguir aprendiendo y creciendo “haciendo de la vida un juego”.
El Centro de Menores Cabanyal es un recurso educativo-convivencial dependiente de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana gestionado por Fundación Amigó desde 2005. Está especializado en la atención de menores entre los 14 y 18 años, que en su proceso de socialización se encuentran en conflicto grave con su medio familiar.