El lunes 20 de enero, se celebró en Valencia la XIII edición de los Premios Raquel Payá, otorgados por la Generalitat Valenciana. Doña Mónica Oltra, vicepresidenta, portavoz y consejera de igualdad y políticas inclusivas, fue la encargada de entregar dichos premios.
La finalidad de los premios es fomentar en los chicos y chicas que se encuentran cumpliendo una medida judicial, los valores sociales, incentivar el esfuerzo y la constancia y, valorar los comportamientos actitudes de generosidad, respeto y convivencia. En definitiva, suponen un reconocimiento publico al esfuerzo de los muchachos y las muchachas durante sus procesos de cambio, ante los retos y dificultades que se les van presentando en sus vidas. Incentivan su motivación hacia el cambio, su esfuerzo y superación ante las dificultades y sus avances personales, sociales y familiares en los distintos ámbitos de sus vidas.
Estos premios reciben el nombre de la pedagoga valenciana Raquel Payá (1918-1972), que consagró su tarea profesional a la reforma pedagógica en todos los ámbitos de la educación y, especialmente, en el área de la infancia y la juventud en riesgo.
En la Comunidad Valenciana, actualmente, existen nueve centros de menores para el cumplimiento de medidas judiciales, y varios equipos de medidas judiciales en medio abierto. Desde cada recurso se proponen entre 1 y 3 chicos o chicas para estos premios, argumentando educativamente su pertinencia y justificando los méritos conseguidos durante sus procesos. Finalmente, y tras la deliberación de un juzgado experto, se seleccionan 12 de los finalistas y 5 son premiados o premiadas.
El Centro de Menores Cabanyal este año tuvo doble celebración, ya que uno de nuestros chicos fue finalista y otro galardonado. Así vivieron ambos dichos días:
“Cuando me dijeron que yo era uno de los premiados de los premios ‘Raquel Paya’ fue algo inesperado. De camino a los premios, estaba aparte de un poco nervioso, bastante intrigado por como seria aquello de llegar a ser premiado por un camino que hemos recorrido y de hablar ante más de 60 personas que había allí.
Cuando me pusieron en mi sitio solo, sin nadie de mi centro al lado estaba muy nervioso, hasta que escuché mi nombre, no podía ni levantarme. Una vez en el escenario me dan el premio, una foto con Mónica Oltra y después mi discurso agradeciendo a las personas que me han ayudado, como mis padres y reconociendo mis errores.
Una vez terminado, vamos a una sala con educadores y compañeros a tomar un picoteo. Fue genial, aquellas risas, abrazos y felicitaciones, me quedé con ganas de repetir la mañana.”
“Siendo sincero, de primeras ni me lo creía cuando me dijeron la noticia, estaba super emocionado junto a mi compañero. Nos miramos super impactados, sin creerlo. Me puse super contento y satisfecho, tanto por el trabajo interno como porque valoren mi proceso.
Iba super emocionado al sitio. Nada más entrar nos dirigieron a nuestros respectivos sitios. Después nos llamaron uno por uno y nos dieron un diploma, un regalo y nos hicimos unas cuantas fotos.
Me siento super satisfecho, tanto con la gente que me acompañó como con los premios. Muy contento por asistir a unos premios tan importantes. Quiero darle las gracias a mi compañero por nombrarme en su discurso y a los educadores por ayudarme a hacer este gran cambio en mi vida. Gracias a todos.”
Como equipo educativo no podemos más que sentirnos orgullosos del camino recorrido por ambos chicos y demostrarles nuestra gratitud por permitirnos estar a su lado en ese camino, por vivir y sentir su cambio y por aprender y crecer cada día con ellos. “La mejor formar de predecir el futuro es crearlo”, y como educadores y educadoras de la Fundación Amigó, es un placer acompañar a los chicos y chicas en la creación de su propio futuro, de su propia vida. Porque como sabemos, lo nuestro no consiste solo en educar conductas, sino también, educar el corazón, ayudando a las y los muchachos a encontrar un sentido gratificante a su propia existencia y tratando de que construyan un futuro que les haga felices.
El Centro de Menores Cabanyal es un recurso educativo-convivencial dependiente de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana gestionado por Fundación Amigó desde 2005. Está especializado en la atención de menores entre los 14 y 18 años, que en su proceso de socialización se encuentran en conflicto grave con su medio familiar.
David Almendros, educador social en el Centro de Menores Cabanyal