Desde el pasado 1 de enero, Fundación Amigó gestiona tres nuevos centros en Castilla-La Mancha. Se trata de tres centros de protección de ocho plazas cada uno en Guadalajara, a través de un concierto con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. De este modo, desde Fundación Amigó iniciamos nuestra acción por primera vez en la región, a través de los Hogares Campiña, Alto Tajo y Río Dulce, reforzando así nuestro compromiso con la infancia y juventud que vive situaciones de vulnerabilidad o desprotección.
Estos hogares de atención residencial son núcleos reducidos de convivencia destinados a atender durante las 24 horas del día, todos los días del año, a niños, niñas y adolescentes que se encuentran bajo una medida de protección de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y deben estar temporal o definitivamente separados de su núcleo familiar. Su fin es proporcionar una atención integral, compensadora y reparadora, que responda a sus necesidades, dispensando las atenciones educativas y de cuidado necesarias para su desarrollo en condiciones análogas a las familiares.
Las personas usuarias serán niños, niñas, adolescentes o jóvenes entre 0 y 17 años que se encuentren en situación de desamparo o cuyas familias no puedan atender sus necesidades básicas de forma temporal.