Alicia Tauste Escrivá es administrativa en nuestra Oficina Mentora Plus de Gandía. Durante el mes de julio tuvo la oportunidad de viajar a Medellín (Colombia) y conocer algunos de los proyectos amigonianos que allí se llevan a cabo. La primera visita fue a la Universidad Católica Luis Amigó, la cual promueve la formación humana y profesional al servicio del desarrollo y la transformación social. Esta universidad tiene un enfoque no solo en la educación académica, sino también en el crecimiento personal y en contribuir positivamente a la sociedad. Teniendo como finalidad formar profesionales comprometidos/as con el cambio y la mejora en su entorno, tanto a nivel individual como colectivo. “Tuve el placer de coincidir con el Padre José Hernando Maya Restrepo, es el primer rector y padre fundador de la Universidad Católica Luis Amigó en Medellín. Fundó la institución en 1981 y, actualmente, es el capellán de la misma. Su compromiso y visión han sido fundamentales para el desarrollo y crecimiento de la universidad a lo largo de los años”, ha señalado Alicia.
También pudo visitar la Escuela de trabajo San José Fundada por Luis Amigó y Ferrer. Esta escuela es administrada por la Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos, desde la cual se brinda una atención integral a los/as adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley. “Nos recibió Fr. Wilmer Torres y nos acompañó durante la visita Lina Bravo. Este proyecto está formado por distintos programas y áreas. Atienden a adolescentes y jóvenes remitidos por jueces penales. Proporcionan orientación y acompañamiento para su reintegración social ofreciendo un apoyo individualizado, ayudando a resignificar el sentido y el proyecto de vida de estos jóvenes desde los diferentes programas de la escuela”.
Además, desarrollan proyectos para garantizar derechos, prevenir la delincuencia juvenil, abordar el consumo de sustancias psicoactivas y promover un proyecto de vida basado en la legalidad. El Programa Éxodo en la Escuela de Trabajo San José es un apoyo post-institucional que brinda acompañamiento a los adolescentes después de haber terminado sus estudios y/o servicios. Su objetivo es favorecer su integración familiar e inclusión social. A través de este programa, los/as jóvenes pueden empoderarse de su proyecto de vida y desarrollar habilidades para enfrentar los desafíos de la sociedad.
La última visita fue al Centro de Atención al Joven Carlos Lleras Restrepo en Robledo. Esta es una institución de carácter cerrado, dirigida y administrada por la Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos. Su misión es la de intervenir integralmente con los adolescente remitidos desde el sistema de responsabilidad penal, con el fin de reeducar y brindar elementos para la resignificación de estilos de vida a nivel personal y socio familiar, potencializando valores y habilidades a través de programas educativos y reeducativos en sintonía con la legislación vigente, la pedagogía y el carisma amigoniano.
La enseñanza la hacen a través del Colegio Luis Amigó, que tienen en el mismo centro. Estos programas incluyen talleres y enseñanza de oficios, que permiten a los jóvenes adquirir habilidades prácticas y desarrollar competencias para su reintegración social. El centro refleja su compromiso con la transformación positiva de los jóvenes y su entorno. “Además, tuvimos la posibilidad de conocer al Padre Wilmer Torres Orjuela, quien nos ha brindado una visión más profunda de su trabajo y misión”.
“Tuve el privilegio de visitar estos tres proyectos amigonianos teniendo como guía a Felipe Tobón, director del departamento de Gestión de Personas y Desarrollo Organizacional de la Provincia Luis Amigó. Un hombre excepcionalmente amigable. Felipe me acompañó amablemente, demostrando estar muy bien preparado e informado. Su cercanía y disposición hicieron que la experiencia fuera sumamente enriquecedora y agradable. También tuve el placer de hacer excursiones y compartirlas con su mujer Yuliana y su hija Valeria, una niña con mucho talento, que me ha robado el corazón!”.
“El objetivo de esta experiencia era tener la oportunidad de conocer de cerca los programas de reeducación y la labor que realizan con los adolescentes en conflicto con la ley penal en Medellín. Lo cual tuvo un impacto emocional en mi tras ver las condiciones en las que viven los jóvenes, llegando a ser conmovedor y generando empatía y esperanza para ellos. Tuve la posibilidad de generar un pensamiento reflexivo donde destacaba la oportunidad de rehabilitación para estos jóvenes en base a la pedagogía amigoniana, la cual nos acerca a los más jóvenes y se les reconoce como personas con derecho y futuro”.