Carmen vivía con su hijo situaciones de conflicto que hacían que la convivencia resultara muy difícil. “Antes de venir aquí, en mi casa había mucho desasosiego y ello me causaba crisis de ansiedad. Yo llegué muy mal, no sabía qué hacer ni quién me podía ayudar”, señala Carmen.
Desde hace varios meses, acude a nuestro Proyecto Conviviendo para conseguir reconducir esta situación, retomar el vínculo con su hijo y conocer las herramientas y habilidades necesarias para conseguir una convivencia más satisfactoria.
“Este proyecto para mi ha sido como un salvavidas. Lo más importante es que ya no me siento sola en este proceso, sé que me apoyan y que están conmigo. Me dan pautas, me dicen qué tengo que hacer y hasta el momento me está funcionando. A veces educar a nuestros hijos e hijas es muy complicado, se nos cuestiona o pensamos que lo hacemos mal. Aquí te hacen creer en tí y en lo que estás haciendo. El proceso es largo, pero ya estoy viendo los resultados”.