El pasado miércoles 30 de octubre, en el C.M. Cabanyal, aprovechando que se acercaba el día de Halloween, se llevó a cabo una actividad de escape room.
Un escape room es un juego de acción y de aventura, de ejercicio físico y mental, que tiene lugar en un entorno real, en este caso en el centro. Y dónde los participantes deben solucionar enigmas y rompecabezas de distinto tipo para ir desenlazando una historia, y así, conseguir escapar antes de que finalice el tiempo disponible. Este tipo de actividad es de temática muy variada, y se puede hacer de cualquier ambientación.
Para este día se eligió una temática pirata, con la que se ambientó el centro y se disfrazaron los cinco educadores que en ella participaron. Los 21 chicos y chicas que el centro atiende tuvieron que encontrar la respuesta a varios acertijos y pruebas, resolver enigmas, trabajar en equipo y agudizar el ingenio para encontrar la respuesta y solución a la actividad.
La actividad comenzaba de manera sorpresiva para los chicos y chicas, a quienes se les reunía para dar inicio. El capitán del barco tenía un mensaje para ellos y ellas, al parecer, alguien había envenado la comida, y desde ese momento la tripulación (auxiliares, equipo educativo, técnico y directivo) habían aparecido muertos. También se encontraba un bote de antídoto, que la persona que había envenenado la comida de todos y todas se había tomado para salvarse.
Contada la historia se presentaba el funcionamiento de la actividad y lo que debían conseguir. El capitán pidió ayuda para resolver el enigma de quién envenenó la comida, pero lo más importante, había que encontrar el antídoto, de lo contrario, antes de la hora de la cena todos morirían.
En ese momento, se creaban dos grupos y comenzaban las distintas pruebas: encontrar mensajes ocultos y descifrarlos, ejercicios de construcción mediante los que encontrar pistas y objetos, tareas de orientación o ejercicios matemáticos fueron algunas de las pruebas a las que tuvieron que enfrentarse y encontrar solución trabajando en grupo.
Finalmente, ambos grupos consiguieron resolver los distintos enigmas y poner remedio al veneno, salvando a toda la tripulación, es decir, a todo el C.M. Cabanyal. Como dinámica final y conclusión, entre todos bebimos el antídoto (refresco) y se compartió un pequeño tesoro que el capitán tenía (dulces).
Con esta actividad, hemos buscado desarrollar en nuestros chicos y chicos capacidades y herramientas: intelectuales; sociales; psicológicas y emocionalas; educativas; y físicas. Así mismo, se ha tratado de usar la creatividad en la resolución de conflictos, potenciar el trabajo en equipo, valorar la suma de capacidades, apreciar la importancia en el reparto de responsabilidades, favorecer la expresión de emociones, activar la capacidad de superación ante situaciones de dificultad, optimizar la comunicación asertiva, favorecer la escucha activa, aprender a gestionar el tiempo y los recursos que tenemos a nuestro alcance o, disfrutar en grupo de un desafío físico y mental.
Los chicos y chicas, finalizada la actividad, verbalizaban agradecimiento, el entretenimiento, el disfrute y lo que les gustó la actividad. A lo que sumamos, las muestras de confianza y cariño que tuvieron lugar durante el transcurso y durante su finalización.
Desde el equipo educativo creemos que se trata de un recurso y una herramienta educativa de gran valor. A través de una experiencia puramente vivencial, donde a través de la investigación, la curiosidad y de la activación de mecanismos cognitivos, se consigue potenciar capacidades individuales y grupales.
Por último, estamos super satisfechos y orgullosos con el resultado final, ya que, en esta actividad se ha puesto de manifiesto la implicación, la predisposición en el trabajo conjunto y las sinergias creadas entre los chicos y chicas, las cuales han acabo por ampliar lazos de unión, de confianza y de diversión entre ellos.
El Centro de Menores Cabanyal es un recurso educativo-convivencial dependiente de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana gestionado por Fundación Amigó desde 2005. Está especializado en la atención de menores entre los 14 y 18 años, que en su proceso de socialización se encuentran en conflicto grave con su medio familiar.
David Almendros, educador social en el Centro de Menores Cabanyal