Este año, del 8 al 14 de Julio, hemos tenido la suerte de poder repetir la experiencia de convivir en Francia con un Hogar de la Fundación D’Auteuil.
Desde Portugalete partimos hacia Francia con 7 menores. Todos ellos han estado durante todo el año recibiendo clases de francés todos los miércoles gracias a una voluntaria. Llegaba el momento de poner en práctica lo aprendido.
Es un momento ideal para ver como nuestros niños se desenvuelven en un entorno diferente al habitual, salen de su zona de confort y se adaptan a costumbres diferentes.
El viaje se desarrolla entre la ilusión por vivir la experiencia y los nervios de volver a ver a aquellos amigos que hace un año no veíamos. Cuando el viaje es largo la ilusión es la mejor gasolina.
Aprovechamos la ida para visitar Biarritz, localidad digna de visitar y que nos encantó a todos. La parada hace que el viaje no se nos haga tan pesado. Desde lo alto del faro vimos paisajes preciosos y casas majestuosas.
Llegamos al destino sobre las 18:00 del domingo, no sin antes pararnos en uno de nuestros Chateaux preferidos para sacarnos fotos y refrescarnos un poco, por los 35 grados de temperatura.
Nos instalamos en Blanquet, en un colegio de la Fundación D’Auteuil, es periodo vacacional y se encuentra vacío, un lugar perfecto en el que instalar nuestro campamento base para los próximos días.
El lunes por la mañana es el momento de los reencuentros para muchos y de las caras nuevas para otros. El idioma no es un obstáculo cuando las ganas de entenderse aparecen, con francés e inglés nos apañamos.
Dedicamos la mañana a hacer piragüismo por un rio cercano (St.Vivan), las risas son constantes y el paisaje precioso hace que la actividad sea muy divertida.
Por la tarde visitamos un faro de la zona (Faro Richard) y conocemos un poco las costumbres de los pescadores locales en una de las cabañas características que se reparten por toda la zona.
El martes es tiempo para conocer la ciudad, Burdeos. Preciosa. El calor es el protagonista del día. La fuente de los espejos se convierte en el lugar ideal para almorzar y refrescarnos.
El miércoles lo dedicamos a descansar un poco y visitar algún supermercado cercano para poder comprar algo con lo que obsequiar a nuestros familiares. Es un día tranquilo, las instalaciones del colegio propician innumerables partidos de fútbol y otro sin fin de juegos que consiguen estrechar lazos entre los verdaderos protagonistas, los niños.
Por la noche nos acercamos a cenar a un lugar cercano. La especialidad de la zona, mejillones y embutido local. Junto al mar con una puesta de sol digna de recordar.
El jueves nos tenían preparada una jornada en barco desde la mañana, visitamos diferentes islas (isla Margaux e isla Patiras) y pasamos el día a bordo, una jornada muy agradable y con un tiempo espectacular en todo momento.
Daba gusto ver como los niños se mezclan en grupos, haciéndose entender perfectamente y compartiendo juegos y risas.
Como colofón a un fantástico día no prepararon una barbacoa, cenamos al aire libre y los juegos se prolongaron hasta la hora de ir a la cama.
El viernes por la mañana preparamos la maleta para así poder ir por la tarde a andar en bicicleta y conocer la localidad costera de Soulac, para recuperar las energías invertidas en la bici disfrutamos de un baño recuperador en su magnífica playa.
Llegaba el momento de la despedida, los días han pasado volando, días repletos de actividades y días en los que hemos disfrutado a lo grande. Una despedida corta, pues esperamos que en 15 días nos devuelvan la visita en nuestro territorio. Intentaremos ser tan buenos anfitriones como lo han sido ellos.
Como educador no puedo estar más satisfecho y agradecido por haber podido acudir a este viaje. Es muy gratificante poder participar de estas actividades que quedaran grabadas en la memoria de todos. Resulta muy positivo hacer este tipo de actividades y ojalá se puedan repetir en el futuro.
Solo puedo agradecer a mi directora por haber confiado en mí para acompañarla en este viaje, a la Fundación D’Auteuil por ser unos perfectos anfitriones y en particular a Linda, Emily, Valery, Jean Marc y Helen por su disponibilidad y sus facilidades en todo momento.
Aitor Pereda Gómez
Educador del Hogar Amigó Portugalete