Mar ha realizado sus prácticas de educadora social en nuestro centro de inserción sociolaboral en Torrent y hoy nos cuenta en esta entrevista cómo ha sido su experiencia:
¿Cómo te has sentido desarrollando tu prácticas en el centro de inserción sociolaboral de Fundación Amigó?
Al principio me sentía algo insegura porque, a pesar de tener ciertos conocimientos como educadora social, integradora y animadora sociocultural, no había trabajado nunca con este colectivo de jóvenes en riesgo de exclusión, y temía no estar a la altura de las circunstancias. Pero pasado un tiempo corto me hice con la rutina y con los chavales en el aula. Y pienso que hemos vencido varias situaciones complicadas, y nos hemos ayudado mutuamente, tanto personalmente como en su itinerario personal. A mí me han ayudado tanto los chavales como los/as profesionales del centro que me han hecho crecer como profesional y como persona.
¿Qué funciones has llevado a cabo?
Dentro del itinerario personalizado de los/as chicos/as, participe en el curso de alfabetización y en los diferentes talleres pre-laborales.
¿Cómo valoras tu integración en el equipo de trabajo?
Con un 10. Porque han confiado en mí y me he sentido una más. La figura del educador en un equipo que trabaja por la inserción y la empleabilidad de los/as jóvenes es fundamental, ya que es el guía que orienta y refuerza con su acompañamiento las competencias personales y profesionales de los/as mismos/as. Resalto en este sentido que la Fundación piensa como yo y reconoce la profesionalidad y la necesidad del perfil del educador/a, pues nos facilita las prácticas y luego apuesta por nuestra inclusión laboral.
¿Si ahora, después de la experiencia en el centro tepreguntan sobre las oportunidades que el mercado laboral ofrece a los jóvenes con vulnerabilidad, … ¿tienes una visión diferente?
Sí, pienso que la inclusión no es real, porque como en otros ámbitos muchas empresas siguen teniendo miedos y prejuicios con el colectivo. Falta más visibilidad en las empresas y en la sociedad en general. Hay que vencer las etiquetas e intentar conocer a las personas y eso no lo suplen las pequeñas ayudas que la garantía juvenil puede reportar a las mismas. Las ayudas económicas no son suficientes, porque además de no ser muy grandes, no llevan implícitas la labor de sensibilización y conocimiento de las personas más allá de los números. Muchas iniciativas, pero pocos avances a nivel del mercado laboral.
¿Cómo valoras lo que se hace en el centro dentro del proyecto integral de atención al joven que ofrece la Fundación? Una labor fundamental, porque hoy en día sin empleo es muy difícil alcanzar la integración en la sociedad. No tener trabajo hace que les falten muchos recursos y que puedan volver a recaer. Es fundamental para el empoderamiento personal del joven.