Veinticinco educadores amigonianos de Madrid (11), Coruña (1), País Vasco (11) y Torrelavega (2) han participado en la segunda tanda del XVIII curso de formación especializada sobre “Inteligencia y educación emocional”, que ha tenido lugar del 24 al 27 de octubre. La primera tanda se desarrolló en el Seminario San José de Godella, Valencia, del 17 al 20 de octubre, y en ella participaron 19 educadores.
Representando a 12 programas de intervención socioeducativa distintos: centros de protección y acogimiento residencial (5), de intervención con menores en conflicto con la ley (1), de intervención familiar y atención a la violencia filio-parental (2), de prevención y participación (4), los educadores han recibido 25 horas de formación, en 7 sesiones, sobre el tema señalado.
El curso ha sido impartido por el coach y formador en educación emocional D. Iñaki Lascaray San Juan del centro de investigación y pedagogía emocional “elanvital”. Con una metodología formativa y experiencial y con el objetivo de desarrollar la competencia emocional en los educadores, el ponente ha tratado sobre la competencia emocional (CE), los conocimientos, destrezas y actitudes de CE, y el proceso emocional básico (PEB).
En la primera sesión Iñaki nos habló del concepto de inteligencia emocional de Daniel Goleman, “la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlo y compartirlos con los demás”. Y de la competencia emocional de Rafael Bisquerra, “conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales”.
Según el Instituto Superior de inteligencia emocional (ISie) las competencias emocionales son: autoconsciencia emocional, autogestión emocional, consciencia social y gestión de las relaciones. Los participantes realizaron el ejercicio de parejas. También dispusieron de unas fichas de competencias emocionales, distribuidas por tramos de edad: desde los 2-3 años, hasta los 14-16 años, para una mayor compresión y mejor atención de las personas que acompañan.
Tras el receso, Iñaki expuso los tres tipos de emociones: primarias, secundarias o sentimientos acerca de tu sentimiento primario e instrumentales o manipulativas. Las primarias pueden ser saludables o adaptativas y no saludables o desadaptativas. Las adaptativas o sentimientos de fondo reaccionan a algo que está ocurriendo ahora mismo y las utilizamos como guía de acción. Las desadaptativas se activan con un estímulo en el presente, responden a una situación pasada y antes de ser guía de acción es necesario transformarlas.
Dedicó algún tiempo a la gestión emocional, personal y grupal, en cuatro pasos: pasar de lo que ocurre a lo que nos hace sentir, de lo que nos hace sentir a la emoción primaria y central, de la emoción primaria a la necesidad y de la necesidad a la acción para resolver. Es decir, conecto y atiendo-acojo la emoción, etiqueto y atiendo al lenguaje corporal, valido el sentimiento más central y le encuentro sentido, extraigo necesidad y busco solución. Se realizaron ejercicios de escucha.
En la sesión de tarde, el ponente nos habló sobre reformulación, una destreza técnica para devolver lo que el otro expresa como si fuera un espejo en el que se vea reflejado. También explicó los tipos de reformulación: reiteración, clarificación, devolución del fondo emotivo y dilucidación. Los participantes realizaron ejercicios de compartir y preguntar.
Iñaki dedicó la primera sesión del miércoles a exponer los tipos de respuesta espontánea: tranquilizadora o de apoyo y consuelo, solución del problema, interpretativa, exploratoria, de valoración o juicio moral, comprensiva y empática y de autenticidad. Los participantes realizaron diferentes ejercicios de entrenamiento para saber distinguir y avanzar en el aprendizaje y uso de la respuesta más adecuada.
A continuación, explicó las actitudes necesarias para el trabajo emocional. Siguiendo a Carl Rogers y con un enfoque psicológico centrado en la persona nos habló de la empatía, de la autenticidad y asertividad, congruencia y transparencia, y de la aceptación o consideración positiva incondicional. En la relación educativa con los chicos supone sintonizar cómo se sienten, escuchar y hacerles sentirse respetados, confianza y visión positiva de ellos, acompañando y estimulando el crecimiento de lo que son como personas.
Dedicamos la tarde a la gestión del conflicto. Analizamos la raíz del conflicto, la separación frente a la unidad y el vínculo. El ponente habló del enfado primario, secundario e instrumental. Repasamos los pasos de la técnica de escucha del cubo. Revisamos los elementos de la mediación, estableciendo normas y manteniendo asertividad. Y nos entrenamos en la gestión de conflictos, organizando la escucha, poniendo a las partes en comunicación y construyendo reparación y negociación hasta que ambas partes estén satisfechas.
En la sesión de la mañana del jueves, el ponente nos habló de las emociones básicas y la vergüenza, de lo que nos informan y nos piden, ya sean primarias, secundarias o instrumentales. De la alegría por haber conseguido una meta y que trata de compartirla; de la tristeza por la pérdida de alguien y que necesita ser restaurada con la ternura; del miedo ante un peligro y que trata de afrontar; del enfado por sentirte herido o injustamente tratado y que trata de expresarlo; del asco porque algo te perjudica o desagrada e intenta expulsarlo o aceptarlo; de la sorpresa ante un descubrimiento con la apertura a lo nuevo y de la vergüenza por haber traspasado tus límites, intentando pasar desapercibido.
Tras el receso, nos presentó los diferentes niveles del sistema emocional: sensaciones, emociones, sentimientos y patrones o esquemas emocionales. Expuso también los sentimientos que surgen a partir de las emociones básicas y nos entregó un listado de sensaciones, emociones y sentimientos derivados de ellas. Proporcionó recetas para el trabajo con emociones con niños. Y habló por último de la autoestima y de la tendencia actualizante, importante fuerza motivacional del desarrollo humano.
Utilizó la sesión de la tarde del jueves al proceso emocional básico, que consta según Leslie Greenberg de dos fases: acceder y salir. La primera fase consiste en hacerte consciente de tus emociones y aceptarlas, a pesar de que puedan ser emociones desagradables. La segunda en transformar la emoción en caso de que sea desadaptativa en una adaptativa, ver las necesidades que hay debajo de ella y ver cómo podemos satisfacer esa necesidad.
Los participantes realizaron ejercicios de entrenamiento siguiendo los ocho pasos: ser consciente de tus emociones, darle la bienvenida, describir tus emociones con palabras, identificar la experiencia primaria, evaluar si el sentimiento primario es saludable o no, identificar los pensamientos destructivos, encontrar emociones y necesidades adaptativas y transformar las emociones desadaptativas y los pensamientos destructivos.
Para un buen desarrollo emocional, importa mucho tener cubiertas las necesidades psicológicas básicas de seguridad, libertad y amor. A través de nuestro sistema emocional nos vamos informando de si se están cubriendo o no, revisando los continuos de miedo a confianza, de enfado a paz, de tristeza a alegría.
El último día lo dedicamos a reflexionar sobre nuestra “Política de Protección de la infancia y adolescencia”. Dª Carolina Guerrero Blanco, de Fundación Amigó, expuso el tema: “cómo trabajar desde el enfoque de derechos a través de la pedagogía amigoniana”. Nos habló de la Convención de los Derechos del Niño, de priorizar siempre el interés superior del niño y de garantizar el derecho a la participación. En cinco grupos reflexionamos sobre los derechos relacionados con la supervivencia, el desarrollo, la protección y la participación. Y revisamos los programas que llevamos a cabo, para saber en qué nivel estamos y hacia donde caminar.
El desarrollo del curso ha sido muy ágil, ameno y gratificante. El ponente ha utilizado dinámicas variadas y los grupos han sido muy colaboradores. Además de los nuevos conocimientos y destrezas adquiridas, mediante las prácticas de escucha y ejercicios terapéuticos de entrenamiento, se ha posibilitado la reflexión sobre casos de la práctica educativa. La actitud de todo el grupo ha sido muy positiva, favoreciendo el desarrollo de la competencia emocional y una mejora del rendimiento y el bienestar del educador, que redundará en el beneficio de las personas que atienden.
Carlos Sagardoy Azagra