Una adicción comportamental es aquella en la que el sujeto pierde el control sobre su comportamiento, interfiriendo en diferentes áreas de su vida, tanto profesional como personal. Desde el año 2002, en Fundación Amigó trabajamos para dar una respuesta a personas que sufren una adicción no tóxica, a través del Proyecto Alter.
Durante estos años, hemos observado que se están desarrollando nuevas adicciones de tipo comportamental que cada vez se dan con más frecuencia en la sociedad, como la adicción a los viodeojuegos, a internet, a las TIC, a las compras, al trabajo, al sexo o a los juegos online.
Desde Fundación Amigó apostamos porque cada una de las personas que comienzan su proceso terapéutico sean agentes activos en su propio cambio y se realiza con ellos/as una intervención que abarca diferentes áreas, como la psicológica, familiar, socio-laboral, educativa, sanitaria o de tiempo libre, a través de terapia individual, grupal y familia.
A través del Proyecto Alter perseguimos alcanzar un estilo de vida saludable para que las personas usuarias puedan conseguir un crecimiento personal, tomando conciencia de su situación familiar, fomentando habilidades personales que faciliten su reinserción.
El total de usuarios atendidos hasta octubre de 2017 con problemas asociados con el juego patológico, tanto en el Proyecto Alter como en el resto de proyectos de Proyecto Amigó, ha sido de 40 personas, de las cuales un 97’5% han sido hombres y un 2’5% mujeres. La principal adicción, como en años precedentes, son las máquinas tragaperras, con un 58% de las personas usuarias atendidas, la siguiente adicción son las salas de juegos de azar con un 12%. El resto de adicciones comportamentales como son apuestas deportivas, bingo, juego online, compras y sexo, con un 6% cada una de ellas. En relación a la edad, la media de los usuarios ha sido de 37 años, siendo el grupo de entre 50 a 55 años el mayoritario, seguido del rango de entre los 25 a 30 años y de entre los 35 a 40 años.
Este proyecto es financiado por la Conselleria de Sanitat Universal y Salut Pública de la Generalitat Valenciana, que otorgó una subvención de 11.585€ a Fundación Amigó para poder desarrollarlo.