El hijo de Juan comenzó a tener problemas de conducta a los once años y la convivencia en su hogar se hizo muy difícil. Hoy, tras siete meses de terapia, la situación es completamente diferente. «Mi hijo ha mejorado muchísimo en todos los aspectos».
“Nos han enseñado cómo afrontar realmente la situación. El trato con todo el equipo de la Fundación es magnífico. Son buenos profesionales y magnificas personas. La verdad es que nos atienden de forma muy sincera y muy cómoda».
“Yo como padre he aprendido muchas herramientas básicas que desconocía y también he aprendido a conocerme más a mí mismo».