Kamaria tiene 19 años y vive en Valencia. Durante dos años vivió en uno de nuestros hogares de protección en el que le acompañamos en su proceso de adquisición de autonomía. «He aprendido a ser responsable, a ser empática y a gestionar mis emociones. Para mi fue un momento maravilloso. Esos dos años fueron los mejores que tuve desde hacía mucho tiempo. No lo cambiaría por nada».